La guerra en Ucrania y la fragilidad del orden internacional impuesto por los Estados Unidos


Por Juan Camilo Ubaque


Introducción

Luego de la Operación Militar Especial de Rusia y la constante fragilidad del Derecho Internacional de otros países, emergen nuevas preocupaciones para el teatro de operaciones europeo: un conflicto más desbordado con el peligro de uso táctico nuclear, la adhesión de la Alianza Atlántica que presiona la seguridad internacional, el ascenso de nuevos actores que han aprovechado el conflicto para reorganizar la polaridad de las potencias como los nuevos actores económicos en el mercado volátil y complejo.

China y la inflación son la principal amenaza en el Plan de Seguridad Nacional de Joe Biden ante una recesión económica global. El alza del dólar y su desplome frente al euro ha elevado las alarmas por los costos y consecuencias para el orden mundial.



Incluso, el mercado de energéticos se convierte en el nuevo oro ante la crítica demanda de gas e hidrocarburos, donde nuevos actores al norte de África y al oeste de Asia aparecen para reclamar su protagonismo.

La guerra ruso-ucraniana pone en evidencia la estabilización del mundo luego de la Guerra Fría y cambia las reglas de juego de las relaciones internacionales. La geopolítica emerge para entender la política exterior donde los países eslavos son el epicentro del análisis que trastoca la economía, los activos energéticos y la agenda política del mundo.



Como indica Henry Kissinger, Ucrania debe concebirse como un puente entre la OTAN y Rusia en lugar de un puesto de avanzada de cualquiera de los lados (Goldberg, 2016). El siguiente artículo permite concluir que para Rusia, Ucrania es un interés central, pero para Estados Unidos, Ucrania es un interés periférico y para la OTAN es un interés de avanzada.


China, Rusia y la inflación: principal amenaza en el Plan de Seguridad de Biden


Desde el 24 de febrero de 2022, el mundo ha cambiado las reglas de las relaciones internacionales y ha abocado una participación directa de diversas naciones en defensa de Ucrania frente a Rusia. Sobre ello escribe Brzezinski (1998), "para Rusia será incomparablemente más difícil aceptar el ingreso de Ucrania en la OTAN porque ello significa reconocer que el destino de Ucrania ha dejado de estar orgánicamente vinculado al de Rusia" (1998, p.107).



Este artículo busca explorar más allá de la tangibilidad de los hechos militares que avanzan activamente por el sur y el este de Ucrania. No se detendrá en explicar sus causas ni sus consecuencias. Y para ello aborda dos ópticas, la primera basa su relación con el impacto en la economía en el globo. La segunda, desde una mirada implicación militar directa como indirecta más allá de la guerra entre los dos países eslavos.

De igual forma, trazar un análisis más amplio de los actores. Porque aunque el conflicto sea entre ellos, realmente es una conflagración internacional que se disputa desde Moscú y Washington. Este último con el apoyo principalmente de Londres. Esto ha llevado y ha arrastrado a los demás países de la Alianza Atlántica a tomar posición y prestar servicios logísticos, económicos, militares, etc., en apoyo a Ucrania.

Cabe destacar que Estados Unidos es otro de los países actores, no directos, pero sí que ha defendido como política de Gobierno de Joe Biden a Ucrania a diferencia de su homólogo Donald Trump. De hecho, frente al Congreso de los EE. UU., el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, informó que el plan de seguridad de defensa nacional tenía explícita advertencia; un enfrentamiento con dos potencias mundiales: China y Rusia. Con capacidades militares diferenciales, su sola posición como potencias extra hemisféricas tienen como fin cambiar “fundamentalmente las reglas basadas en el actual orden mundial" (CNN, 2022).

El análisis de la política estadounidense deja entre ver una frágil situación en el orden mundial establecido por dos hechos, el creado luego de la Segunda Guerra Mundial en el que EE UU se consolida como potencia mundial, y el segundo con el fin de la Guerra Fría en el que se establece como principal actor y líder de Occidente. Este orden mundial impuesto por EE UU se ve amenazado en su orden internacional por Rusia y China, en los ámbitos geopolítico, económico, tecnológico, financiero, diplomático y militar (en mayor o menor medida cada una).

De hecho, la OTAN hizo una dura advertencia a China sobre un posible apoyo bélico, para que se abstenga de participar en cualquier acción que ayude a Rusia a eludir las sanciones:

"Estamos preocupados por los recientes comentarios públicos de funcionarios de la República Popular China y pedimos a China que deje de amplificar las narrativas falsas del Kremlin, en particular sobre la guerra y la OTAN, y que promueva una resolución pacífica del conflicto" (OTAN, 2022).

De igual forma, el ámbito económico es frágil por la inflación constante y en alza que se evidencia en la mayoría de monedas frente al dólar. La nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Joe Biden (aplazada por la invasión rusa) establece que los dos grandes retos en esta materia son China y la inflación. Ambos escenarios preocupan a Washington  

Para Biden y su equipo, “China alberga la intención y, cada vez más, la capacidad de remodelar el orden internacional". Una remodelación en la que Pekín intenta "inclinar a su favor el campo de juego global mientras Estados Unidos sigue comprometido con la gestión responsable de la competencia entre nuestros países", (García, 2022)



Frente a una pregunta retórica de la inflación como apuesta de seguridad, posiblemente sea respuesta a una posible recesión económica que no sólo dispuso la pandemia sino también el contexto internacional del orden volátil, complejo, frágil y de disputas entre potencias.

Estabilización del Orden Mundial

En términos económicos, las sanciones hacia Rusia por parte de la comunidad internacional no han tenido el efecto de lograr disminuir o desescalar el conflicto. De hecho, ha tenido un efecto boomerang. La brecha diplomática y económica de Rusia con Occidente ha acelerado sobre todo el acercamiento de Rusia a China. Ahora el mercado de forma pragmática ha trazado líneas hacia Asia y Turquía: “Moscú y Pekín ya han anunciado que quieren pagar sus contratos de gas en rublos y yuanes, una victoria para Rusia, lanzada en una carrera por desdolarizar su economía” (AFP, 2022).




Las consecuencias del conflicto han abierto la posibilidad de emerger nuevos actores en el mercado de energéticos, reforzando el papel de países productores de petróleo, como Arabia Saudí, y de gas natural, como Qatar o Argelia. Esto indicaría una alta inversión de la comunidad europea en inyecciones de recursos para la infraestructura necesaria que garantice la estabilidad del mercado: “En ese terreno buscarán posicionarse países como Israel (revitalizando la discusión sobre el gasoducto en el Mediterráneo Oriental), Egipto y Marruecos (ambos están apostando por las renovables convencionales y también invirtiendo en planes de hidrógeno verde)” (Soler, 2022, p. 7).

Adicionalmente, la repercusión de la escalada militar se logra escenificar en el norte de África y Oriente Próximo. La crisis es tangible en un histórico recorrido desde inicios del presente siglo, en que las amenazas entre países escalan en la medida en su incidencia en el tablero internacional. Por ejemplo, el conflicto entre Azerbaiyán y Armenia, la crítica indisposición de Turquía frente a la OTAN, la amenaza israelí sobre Irán, pero de forma más matizada inquieta la escalada verbal entre Argelia y Marruecos, o entre Egipto y Etiopía.

Adicionalmente, los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo decidieron, 4 meses después de iniciar la invasión rusa, recortar la producción de hidrocarburos para sostener los precios ante los temores de una posible recesión económica global. Esto perjudica más a los países dependientes del petróleo o de energéticos, y tal caso la podría beneficiar de quienes imponen una agenda económica como productores en una subida del precio del petróleo. La necesidad de la comunidad internacional por el petróleo o de la comunidad europea por el gas han permitido limitar las acciones contra Rusia y sus aliados.

Porque el euro que se cotizaba a mediados del 2022 (1,083 USD), ha perdido terreno para estar actualmente en zona de mínimos. Algo que no se vió durante la crisis frente a los hechos de la emergencia sanitaria en 2020. La precipitada caída inició a mediados de 2021, cuando el precio de la moneda alcanzó los 1,2 USD, desde entonces ha ido cediendo más de un 10% y la guerra ha acelerado esta tendencia.




La ofensiva de Rusia en Ucrania mantiene a la defensiva a un euro que esperaba que este 2022 volviese a escalar tras verse envuelto en una espiral bajista frente a la divisa de Estados Unidos. Con la incertidumbre que ha generado el conflicto y los problemas económicos que plantea para Occidente (especialmente ligados a la subida del precio de la energía), se está postergando lo que todos esperaban que sería una remontada de la moneda común. (Moreno, 2022)

Porque se hizo explícito las presiones respecto a la inflación, derivadas de la problemática en la afectación en las cadenas de suministros que se resaltó en el conflicto que tiene repercusiones. No sólo para la inflación, sino que dio lugar a una ampliación de los diferenciales de rendimiento entre los EE. UU. y la zona del euro.

Además, los gastos militares son cada vez más prioridad en la agenda política de las naciones. Porque el desarrollo del conflicto es inasible que contribuya a mejorar la crítica relación economía-social, porque el enfrentamiento está derivando en divisiones internacionales que cristalizan conflictos políticos de amplia proyección. El apoyo de la Unión Europea y de Occidente a Ucrania no promete mejorar la situación en cuanto a revertir los efectos de la guerra a escala internacional.

Esto también responde a la estrategia desde Moscú para demostrar la suficiente voluntad para reorganizar las relaciones internacionales como la decisiva acción de alterar el mapa de la comunidad europea, imponiendo su voluntad a sus vecinos, apoyándose en amenazas implícitas y explícitas de primer uso nuclear: “los escenarios diseñados de conflicto entre Estados Unidos y Rusia suponen el primer uso ruso de armas nucleares, ya sea en forma de demostración o de pequeños ataques para coaccionar a los aliados de la OTAN” (González, 2022, p. 16). Por ello la forzada invasión a Ucrania busca replantear su hegemonía contra las naciones libres.



Pero de igual forma, la necesidad de Moscú de expandir su territorio a base de guerras es por su posición y presión que tiene hacia la comunidad europea. Esto definirá la muerte o la estabilidad de Rusia en el tiempo, además de su puesto como potencia en el juego geopolítico. Como indica Milosevich, las exigencias de Moscú usan la amenaza a Ucrania para expresar su ambición de expulsar a EEUU del tablero europeo y socavar el papel de la OTAN. (2022, p. 10). Porque la OTAN responde también a los intereses de sus aliados convencido de que la mejor manera es la desestabilización de sus regiones fronterizas (Ucrania, Georgia, Suecia, Finlandia, Bielorrusia).



Porque la pretensión del conglomerado liderado por EE. UU., de alguna forma ha puesto a Ucrania en un contexto de presión por la misma comunidad internacional. No sólo ello, sino que ha elevado explíticamente la seguridad para el teatro de operaciones europeo. Como indica Pardo, ha contribuido a la configuración de un orden internacional multipolar y se ha pasado de una Rusia mal armada que reclamaba un área de influencia inmediata a otra más agresiva y con un potente perfil militar que ha ampliado notablemente su ambición y radio de acción estratégicos (2021, p. 17).


Referencia 


AFP. (2022, 12 de octubre).Guerre en Ukraine : L’économie russe résiste mieux que prévu aux sanctions. Le Monde 20 minutes.

https://www.20minutes.fr/monde/4004942-20221012-guerre-ukraine-economie-russe-resiste-mieux-prevu-sanctions

Brzezinski, Z. (1998).El gran tablero mundial: la supremacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos. Paidós.

Byllk, L. (2008). Orígenes del conflicto ucraniano. Revista Aequitas, número 12, pp. 157 - 170.

Cardone, I. (2014). El Conflicto en Ucrania: los Intereses de las Grandes Potencias y los perdedores de siempre. Conjuntura Global, Vol 3, p. 140-148.

CNN,. (2022, 5 de abril) Alto general de Estados Unidos advierte que el potencial de un "conflicto internacional significativo" está en aumento.

https://cnnespanol.cnn.com/2022/04/05/general-milley-conflicto-internacional-trax/

Garcés, B. (2022). Por qué esta crisis de refugiados es distinta. CIDOB

García, F. (2022, 12 de octubre). La Estrategia de Seguridad de Biden apunta a China y la inflación como los grandes enemigos. La Vanguardia

https://www.lavanguardia.com/internacional/20221012/8564841/estrategia-seguridad-nacional-biden-china-inflacion-enemigos.html

Goldberg, J. (2016). World chaos and world order: conversations with Henry Kissinger. The Atlantic.

González, A. (2022). ¿Es Volodímir Zelenski el héroe necesario o no? Instituto Español de Estudios Estratégicos.

https://www.ieee.es/en/Galerias/fichero/docs_analisis/2022/DIEEEA32_2022.pdf

Milosevich, M. (2022). Las últimas propuestas de Rusia para cambiar el orden de seguridad europeo creado después de la Guerra Fría. Real Instituto Elcano|

Moreno, A. (2022, 13 de abril). La guerra de Ucrania ata en corto al BCE y 'condena' al euro a nuevas caídas. El Economista.

https://www.eleconomista.es/mercados-cotizaciones/noticias/11717751/04/22/La-guerra-de-Ucrania-ata-en-corto-al-BCE-y-condena-al-euro-a-nuevas-caidas.html

Organización del Tratado del Atlántico Norte - OTAN. (2022, 24 de marzo). Declaración de los Jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN. 

https://www.nato.int/cps/en/natohq/official_texts_193719.htm

Pardo, J. (2021). ¿Por qué a Rusia le interesa tanto Ucrania? Instituto Español de Estudios Estratégicos.

Soler, E. (2022). Oriente medio y el norte de África ante la guerra en Ucrania: vasos comunicantes. CIDOB.

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